Presidente, Thomas, Colegas, Amigos
Hay momentos en tu vida en los que te encuentras casifuera de tu propio cuerpo, viendo lo que estás haciendo con una sensación deasombro. El honor de ser uno de losprimeros atletas invitados en dirigirse a un Congreso Olímpico, allá por 1981. Ese fue uno de ellos.
También tuve uno de esos momentos en el verano de 2012,cuando los Juegos Olímpicos y Paralímpicos volvieron a Londres, mi ciudadnatal, por tercera vez, y participé en la ceremonia de apertura con muchos deustedes que están hoy aquí para dar la bienvenida al mayor espectáculo delmundo.
Cuando vi la tenacidad de los competidores, laexpectación de las multitudes, el orgullo en los rostros de las familias queveían competir a sus seres queridos, y la alegría y el sentido de pertenenciade cada participante de cualquier tipo, sólo entonces aprecié realmente a quénos referimos cuando decimos que no hay nada como Los Juegos Olímpicos.
Incluso en una vida llena de muchos momentosprivilegiados e inolvidables. Es unmomento que nunca olvidaré.
Llevar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos a Londres yconseguir que fueran un éxito requirió todo lo que había pasado mi vidadesarrollando.
Bueno, al menos desde los 11 años, cuando mi padre mecompró mi primer par de zapatillas de correr. Él fue mi entrenador durante toda mi carrera atlética y mi madre fue uncontrapeso esencial en el equilibrio de la familia, y un recordatorio constantepara todos nosotros de la importancia de las familias en nuestro caminopersonal. Londres 2012 requirió uncompromiso con la excelencia deportiva, la capacidad y la voluntad de pensar alo grande, la experiencia política para superar cualquier obstáculo, y loconseguimos.
Pero también hizo falta otra cosa. Algo de lo quesimplemente no se puede prescindir. Y algo que ahora expongo anteustedes de la forma más genuina y abierta.
El amor por esta familia olímpica.
Una creencia en esta familia olímpica.
Un compromiso con esta familia olímpica.
Vivimos juntos. Trabajamos juntos.Permanecemos juntos
Verán, en el fondo mi candidatura es bastante simple.
Miren a su alrededor. Salgan de sí mismos, como hice yoaquella noche de verano en Londres, y observen de qué forman parte.
Piensen en esta sala y en las personas que le rodean. Enesta sala hay personas con una capacidad y una experiencia extraordinarias yusted es una de ellas.
Cerebros del tamaño de planetas. Fuerza de carácter y tenacidaden cantidades que simplemente no se pueden encontrar en ningún grupoequivalente en el mundo. Un propósito y una pasión que superan a cualquiera.
Eso es de lo que ustedes forman parte.
Ahora imaginad si ponemos todo eso a trabajar, esapasión, ese propósito. No utilizar estasala sólo como una simple formalidad. Nosólo reunirnos para asentir al trabajo hecho en otro lugar.
Imaginen que nos centramos en esta sala, la más grandedel mundo, para impulsar el mayor movimiento del mundo.
PERO debemos estar todos nosotros, juntos. Esa, amigosmíos, es mi simple propuesta.
Juntos. Esa es mi candidatura.
Y con ese espíritu les presento mis prioridades para lospróximos cuatro años.
No, en realidad, permítanme decirlo con másprecisión. Con ese espíritu les presentoNUESTRAS prioridades para los próximos cuatro años.
Porque todo lo que propongo es algo que os he escuchadoen las numerosas conversaciones que hemos mantenido en los últimos meses y, enalgunos casos, años.
Todo lo que haga será algo en lo que hayamos trabajadojuntos.
Juntos pondremos el deporte primero.
Juntos entusiasmaremos e implicaremos a la generacióndel mañana.
Juntos situaremos a los atletas en el centro decada decisión que tomemos.
Juntos buscaremos oportunidades de crecimiento conurgencia.
Juntos capacitaremos este poderoso movimiento.
Todos los aquí presentes sabemos lo que exige laexcelencia. Que volemos recto y que nunca reculemos. No relajarnos ni unmomento mientras haya trabajo por hacer. Que nunca perdamos de vista elpanorama general. Pero que nunca perdamos de vista ni el másmínimo detalle. ¿Les resulta familiar? A mí sí, y sé que a muchos de ustedes también, porque así es la vida deun atleta.
La diferencia entre el éxito y el fracaso es enorme, perolo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso puede ser minúsculo.
Ninguna voz debe ser ignorada, y menos aún por articularun análisis alternativo. Debe haber unespacio seguro y tiempo para el debate. Que no se pase por alto ningún detalle, que no se deje nada sin hacerpor complacencia o delirios de grandeza.
Vamos a triunfar y vamos a triunfar juntos. Una vez más,esa es mi candidatura.
Hemos tenido muchas conversaciones sobre todo esto. Sabéisquién sois. Recuerdan nuestras discusiones.
Esto es lo que he aprendido de vosotros. Esto es lo quesé que tenemos que hacer bien.
Que nunca debemos perder de vista lo que hace especialesa los Juegos y corremos el peligro de hacerlo.
La competición debe ser justa, la integridad absoluta yla excelencia deportiva innegociable. Todos ellos pilares inmutables de los movimientos olímpico yparalímpico.
Así que mantendremos un enfoque preciso en la excelenciadeportiva; protegeremos y promoveremos la integridad del deporte femenino yreforzaremos los sistemas antidopaje, todo lo cual he hecho, junto con miConsejo en el Atletismo Mundial. Eimpulsaremos una mayor colaboración entre los Comités Olímpicos Nacionales ylas Federaciones Internacionales.
Esto es lo que he aprendido de ustedes. Esto es lo que séque tenemos que hacer bien.
Que nuestros Juegos sólo tendrán el futuro que queremosque tengan si actuamos, y actuamos ahora, juntos.
En esta era de distracción, de infinitas opciones,conectar con los jóvenes es todo un reto. Y también lo es optimizar el uso de la tecnología punta.
Así pues, crearemos unos Juegos atractivos y asequibles,unos Juegos que inspiren a la juventud mundial, unos Juegos que adopten la IApara ofrecer lo que nuestros aficionados nos dicen que realmente quieren, parapotenciar las pruebas dirigidas por la inteligencia en la lucha contra eldopaje y para ayudar a la identificación de talentos, en particular en los CONy las FI más pequeños.
Y acercaremos el deporte a los primeros puestos de lasagendas gubernamentales. Y sé cómohacerlo.
He aquí otra cosa que he aprendido de ustedes. Esto eslo que sé que tenemos que hacer bien.
Tenemos que respetar y valorar a los atletas. Darprioridad a su bienestar físico, mental y financiero. Vamos a escucharles.
Pero vamos a hacer más que eso. Vamos a compartir conellos. Vamos a convertir a los atletas en nuestros socios comerciales, dándolesderechos, datos, activos, acceso y medios para ganar más dinero.
Cuando decimos que avanzaremos juntos, lo decimos enserio.
Y esto es algo más que he aprendido de ustedes.Otra cosa que sé que tenemos que hacer bien.
Tenemos que modernizarnos. En la Comisión 2000 -de la que fui miembro- yen la Agenda 2020+5, bajo la sagaz dirección de Thomas, hemos demostradoaptitud y actitud para el cambio cuando es necesario.
El panorama comercial no está cambiando. Ha cambiado. Lo sé porque es el negocio en el que he estado durante las últimas tresdécadas. Así que TENEMOS quecambiar. Como hemos hecho en WorldAthletics, lo que se ha traducido en un aumento de nuestros ingresos de másdel 25% en los últimos cuatro años.
Tenemos que convertir los patrocinios transaccionales enasociaciones de colaboración; modernizar los modelos de ingresos conestrategias digitales, en particular para el público más joven; debemos liberartodo el valor de la marca olímpica.
Por encima de todo, tenemos que adoptar un enfoque que déprioridad a la audiencia. Ofrecer lo queel público quiere, cuando lo quiere, donde lo quiere
y con una experiencia física y digital sin barreras.
Y así lo haremos. Lo haremos... juntos. Reforma con estabilidad.
Si el liderazgo se sienta conmigo, el poder se sentarácontigo.
Si el poder recae en ustedes, crearemos un movimientoolímpico responsable, transparente y eficiente, que es lo que se espera denosotros. Y eso es lo que se espera demí. Por eso, si tengo éxito, les pediréque me pidan cuentas al cabo de cuatro años.
Antes de cada Juego llevamos la antorcha, pasándola deuna persona a otra, pasando nuestros ideales de una persona a otra.
Y con cada persona que se une, la antorcha ardeinevitablemente un poco más.
Para algunos, la antorcha es el símbolo olímpico, peropara mí es el paso lo que constituye la verdadera declaración de lo quesomos. Una cadena de personas, ininterrumpida, cada una desempeñando su papel,cada una portando los ideales del movimiento.
No sólo les pido que voten por mí. Les pido que voten porustedes mismos. Un voto de confianza en todo lo que podemos hacer comocompañeros, como colegas y como amigos.
Que este sea un momento en el que nos reafirmemos en el derecho,la voluntad, la tenacidad y la ambición de esta sala.
Que este sea el momento en que nos unamos para ofrecertodo aquello de lo que sabemos que somos capaces.
Gracias por su tiempo.
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